La Iglesia católica se conoce como
Iglesia católica apostólica romana o como
Iglesia católica romana; fuera del Catolicismo se hace esta distinción por aquellos que sostienen que las iglesias de la
Comunión Anglicana y las
Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como parte de la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas, si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del
Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros
protestantes y de ortodoxos.
Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.
En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le conoce normalmente con el término
la Iglesia, término que en países como
Suecia se aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en
Rumania,
Bulgaria,
Montenegro,
Serbia,
Georgia,
Rusia,
Albania,
Etiopía,
Armenia, la
ex República Yugoslava de Macedonia o
Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.
Según una larga tradición, existen otros términos para referirse a la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios,Cuerpo místico de Cristo, Esposa de Cristo, Jerusalén de arriba, edificación de Dios, Barca de Pedro o Nave de salvación.
La Iglesia católica tiene su sede central en
Roma, a la que se denomina
Sede Apostólica, relacionada con la Sede está el
Estado de la Ciudad del Vaticano (
Status Civitatis Vaticanæ, en latín y oficialmente;
Stato della Città del Vaticano, en italiano), un
enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Vaticano es un estado independiente y reconocido internacionalmente. Si bien el Estado Vaticano está estrechamente ligado a la Sede Apostólica, se trata de entidades distintas, ya que el Estado Vaticano es un poder temporal, mientras que la Sede Apostólica se entiende como poder espiritual para los católicos.